12 julio 2006

Irredentismo y troceamiento de España


Para los aragoneses que nos sentimos españoles y que sentimos amenazada la patria común por los localismos, el trasvase del Ebro nos resulta doblemente desafortunado.
Primero, porque responde a un modelo de desarollo insostenible, donde la supuesta sed agrícola del Sureste español esconde con más o menos disimulo el servicio a intereses de una oligaruía especuladora inmobiliaria que se está enriqueciendo escandalosamente a costa de la destrucción de parajes naturales, en la costa y la montaña. Y desvía recursos hacia sectores intensivos en mano de obra no cualificada y de nula tecnología, mientras España sigue a la cola en desarrollo científico-técnico y en valor añadido industrial.

Y segundo, y más doloroso, porque representa el triunfo de la presión de las zonas más ricas por esquilmar a las más pobres. Desde el siglo XVII el interior de España se fue quedando atrás en medio de una crisis estructural demográfica y económica. Los viajeros ingleses del XIX se maravillaban de ver ciudaddes castellanas de aspecto medieval. Hoy día, en cambio,todo Estado nación que se precie hace eje de sus políticas el desarrollo armónico de todos ss territorios. Y lo mismo que el egoísmo nacionaista niega recursos a las regiones más pobres en nombre de su construcción nacional, el egoísmo desarrollista reclama más y más recursos para un modelo esquilmador agotado.

Por eso es triste que el único partido que defiende realmente a España apoye un trasvase que favorece el irredentismo aragonés, es fuente sin duda de más discordia, alimento seguro de más altanería de políticos demagogos regionales, origen de reservas sobre ríos que no son más que un desgarrar la manta que nos cubre a todos.
Y eso es observado con satisfacción por los nacionalitas.No es tá de moda decirlo, pero cuanto más Aragón , Murcia, Cantabria, Extremadura...menos España, menos libertad y progreso.