14 diciembre 2006
Muchos aragoneses, ansiosos de encontrar originalidades que generen identidades, repiten tópicos sobre el pasado de la Corona de Aragón. "Nos, que valemos tanto como vos, etc"como fórmula en las coronaciones, es una leyenda sin apoyo histórico documental.Es una frase de factura posterior, puesta en boca de nobles que decían lo mismo que en otros sitios, es decir, que los principales querían mandar y mantener sus privilegios.Yo nací y vivo en Zaragoza, pero no quiero oir hablar de Aragón si éste es un ariete contra España.El orgullo nacional aragonés o de cualquier parte de España me parece demencial, tanto como el catalán.Y ello porque me parece lamentable el espectáculo de una España donde todos quieren encontrar identidades y diferencias.¡Lo que se reirá China de las mezquindades españolas cuando en pocos años compren este país!Recuerda a los tortazos que se arreaban los griegos hace 2.000 años mientras Roma estaba a las puertas. Identidades, altiveces, localismos, defensa de muy respetables culturas...e incapaces de unirse frente al invasor
10 diciembre 2006
La vida de Hammarskjold no es corriente.
Como servidor civil internacional, se dedicó en cuerpo y alma a la defensa de los derechos humanos como fundamento de la paz. Vivió célibe, según algunos por su concepción de su tarea como una specie de sacerdocio. Se le llamó “servidor de la paz”, “soldado de la paz”,y según W. Foote, “le daba fuerza e inspiración la pura y profunda fe e ideales sobre la vida y relaciones humanas a que él se entregaba fielmente de palabra y obra.”
Cuantos le conocieron subrayan que su vida de alto funcionario no agotan su vida ni describen todas las facetas de su personalidad. Esta se formó en armonía con la lectura continuada de filósofos y creadores literarios, su sensibilidad al arte, y el cultivo del ejercicio físico.
Como servidor civil internacional, se dedicó en cuerpo y alma a la defensa de los derechos humanos como fundamento de la paz. Vivió célibe, según algunos por su concepción de su tarea como una specie de sacerdocio. Se le llamó “servidor de la paz”, “soldado de la paz”,y según W. Foote, “le daba fuerza e inspiración la pura y profunda fe e ideales sobre la vida y relaciones humanas a que él se entregaba fielmente de palabra y obra.”
Cuantos le conocieron subrayan que su vida de alto funcionario no agotan su vida ni describen todas las facetas de su personalidad. Esta se formó en armonía con la lectura continuada de filósofos y creadores literarios, su sensibilidad al arte, y el cultivo del ejercicio físico.
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