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Soy una mujer venezolana de 40 años, y tengo dos niñas de 11 y de 7 años.El padre de las niñas es catalán, de Barcelona. Es marinero, y pasa 10 meses al año en el barco, lejos de nosotras. Nos conocimos hace 13 años en una parada que hizo en Venezuela, nos enamoramos, nos casamos, y hace 9 años nos vinimos a vivir a España.Mi hija mayor nació en Venezuela, pero la pequeña nació en Almería, ciudad en la que residimos hasta hace 7 años, cuando vinimos a vivir a Barcelona.Tengo alquilado un pequeño lucutorio, que nos produce ingresos para vivir bien, pero tampoco para hacer milagros, pues debo pagar sueldo y seguridad social a una persona que me ayuda.Las niñas van a la escuela pública que está al lado de mi casa. Se quedan a comer en el comedor de la escuela. pasan todo el día allá. Yo las bajo por la mañana y ya por las tardes las recoge su abuela paterna, que está con ellas hasta las 10 de la noche, hora en la que cierro el locutorio.Y ahora viene lo más importante:En la escuela, toda su educación es sólo en catalán (excepto dos horas de clase a la semana de castellano que recibe mi hija mayor).Además, es una escuela donde están todo el tiempo insistiendo a los niños para que hablen entre ellos en catalán.La familia de mi esposo es catalana, y su abuela les habla continuamente en catalán.Por las tardes, toda la programación infantil de las televisiones es en catalán.Hace unos tres años, las niñas empezaron a hablar entre ellas en catalán. Al principio se dirigían a mí en catalán como un juego, pero desde hace más de un año, se niegan totalmente a hablarme en castellano.A mí, su madre, mis hijas se niegan absolutamente a hablarme en mi idioma!Fui a hablar con su profesora, y me dijo que yo también me tengo que integrar.Después fui a hablar con la Directora del centro escolar, y su única respuesta fue que: ¿Qué espera usted, estamos en Cataluña?Fui también a un psicólogo que me recomendaron. Después de estar casi dos horas contándole mi vida, me vino a decir más o menos lo mismo, que el problema era mío, y que las niñas estaban perfectamente. Encima me quería cobrar 60 euros. Le respondí que era un cabrón de mierda y me fui sin pagar.Hace mucho tiempo que me siento aislada.Aunque suene duro, siento que hay dentro de mí un Odio inmenso hacia Cataluña y hacia los catalanes.No quiero vivir en Venezuela porque gobierna un dictador. Y no quiero vivir en Cataluña porque hay una dictadura nacionalista, todavía peor que la de Venezuela.Tras ponerme de acuerdo con mi esposo, ya he iniciado el proceso de venta del piso, y del traspaso del locutorio.Nos vamos para no volver. Todavía no sé a que ciudad de España iremos, pero estoy segura de que en cualquier sitio estaremos mejor que aquí.Lo que sí tengo claro es que nunca más volveré. Al menos por un larguísimo tiempo, ni siquiera de visita. Si su familia catalana quiere ver a las niñas, tendrán que viajar adónde yo esté.Yo ya he hecho mi sacrificio. A partir de ahora lo tendrán que hacer ellos.Miriam González.
22 diciembre 2006
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